Parecía que iba a empezar mejor. Me levanto, me ducho, desayuno. Vuelvo a la habitación, ya estaba limpia. Empieza a sonar el teléfono. Recibo una orden confusa de mi jefe. Toda la mañana hasta que consigo descifrarla: ni mi jefe ni los jefes de mi jefe conocen el negocio. Hemos perdido una mañana preciosa.
Mierda. Mierda. Mierda. Tengo que poner distancia.
Mierda. Mierda. Mierda. Tengo que poner distancia.
1 comentario:
Nada que ver con el post (o tal vez demasiado). El comentario que te dejé estaba transido de seriedad. Buen placer he tenido este verano tras descubrir a ese hombre.
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