Mientras me meto en un mar que me recuerda una de las fotografías del albúm Wish You Were Here, de Pink Floyd, -aunque en lugar de piernas veo bustos que aparecen cortados y dejados caer en una hoja de cristal azul- pienso en El experimento Ludovico y creo que ha terminado. Quizá podría alargarlo algo más, pero con poco que decir. No sé si el Alex (Borde) de este experimento se ha convertido en mejor o peor persona; pero sí tengo la impresión de que se ha hecho más viejo y más aburrido. De la misma manera que el mar me recuerda a Wish You Were Here e inevitablemente a Syd Barrett, la transformación de Borde me recuerda a Randle McMurphy (Jack Nicholson) en Alguien voló sobre el nido del cuco, antes y después de la lobotomía. No leo -ni escribo-, no cocino, no me interesa aprender. Ni los nombres de mis vecinos, ni de gente nueva que aparece por el trabajo.
Ya no existe el Alaris, ahora tenemos AVE;
Muchas de las entradas (660 exactamente, me pregunto si estoy intentando zafarme del número 666) que hay en El experimento no tienen valor para la mayoría; a algunos su fondo, forma o ambos podría incluso causarles dolor, así que pasarán al baúl de los recuerdos. Poco a poco iré filtrándolas y editándolas y publicaré aquéllas que puedan servir de algo para entender lo que a partir de ahora pueda escribir.
Y repasaré los enlaces, que algunos deben estar desgastados.
Aún no he decidido si seguiré publicando.
Actualización 1-11-2011: error, sí sirven desayuno-snack-almuerzo-snack-cena; desde que escribí este post he ido un par de veces a Madrid en el AVE, en turista, y el viaje se ha convertido en un trámite más: hay tomas de corriente para los portátiles junto a los asientos, y tienes el tiempo justo para leer la prensa y pasar a limpio las notas que hayas tomado de lo que sea que hayas ido a hacer en la capital del Reino de España.
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